
Para comenzar, es clave tener algunas definiciones claras, ya que usar “renovable” como alternativa para “sustentable” es conceptualmente erróneo. Por otra parte, referirnos a “energías alternativas” dice, en esencia, poco.
Recurramos al diccionario de la RAE para dos palabras de uso amplio, que actúan como sinónimos en algunos de sus significados, y que no siempre se asocian a la energía:
Sustentable: que se puede mantener sin agotar los recursos.
Sostenible: especialmente en ecología y economía, significa que se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar grave daño al medio ambiente.
Ahora las definiciones de dos aplicaciones específicas de la palabra energía:
Energía renovable: energía cuyas fuentes se presentan en la naturaleza de modo continuo y prácticamente inagotable, por ejemplo, la hidráulica, la solar o la eólica.
Energía alternativa: energía procedente de fuentes distintas a las habituales como el carbón, el petróleo o el gas; por ejemplo, la energía eólica.
RENOVABLE NO ES NECESARIAMENTE SUSTENTABLE
Con estas definiciones entendemos que la energía renovable se origina de una fuente natural, inagotable para nuestra escala, como el sol, el viento, el agua o la Tierra misma: energía solar, eólica, hidráulica, biomasa y geotérmica, respectivamente.
Hablamos de la sustentabilidad o sostenibilidad de las energías en relación con su proyección y uso con respecto al tiempo y al medio ambiente.
Entonces, cuando estudiamos con mayor profundidad el tema, vemos que, si bien la energía renovable es sustentable en cuanto a que siempre podremos contar con agua, sol y viento en abundantes cantidades, puede no ser tan sustentable en cuanto a los desperdicios que genera, a el área necesaria para su implementación o a su impacto inmediato sobre los seres vivos.
SOSTENIBLE NO ES NECESARIAMENTE RENOVABLE
A la inversa, la energía sustentable o, mejor dicho, sostenible, puede provenir de fuentes que no sean renovables, como la energía nuclear, ya que podemos usarla por comparativamente largo tiempo sin agotarla. Además, incluso los hidrocarburos pueden explotarse de formas más o menos sostenibles.
El portal argentino Energía de mi país explica en su artículo “Desarrollo sustentable de los recursos energéticos” que “se deben utilizar los recursos de manera responsable y eficiente, con el objetivo de prevenir y minimizar los impactos ambientales, promover el uso racional de la energía y disminuir el consumo de los recursos naturales no renovables”.
En el texto ejemplifican que en vista del alto consumo de hidrocarburos “el desarrollo sustentable implica, en este caso, desarrollar los recursos de petróleo y gas de manera responsable, de acuerdo a las normas de seguridad y cuidado del medio ambiente. Por ejemplo, tanto en la perforación convencional como en la no convencional, para proteger los acuíferos y aislar las formaciones geológicas de la zona productiva, se insertan en el pozo varios caños de acero de gran espesor, llamado casing, y se cementan las paredes. De este modo, los hidrocarburos no entran en contacto con los acuíferos y no se corren riesgos de contaminación”.
Así, la generación y el uso de energía en base a combustibles fósiles (no renovables) cada vez más eficientes y amigables con el ambiente, eventualmente podrían juzgarse sustentables por extender su disponibilidad y no causar daños mayores al planeta.
ALTERNATIVAS = DISTINTAS
Las energías alternativas podemos decir que equivalen simplemente a energías provenientes de fuentes distintas a los combustibles fósiles (que hoy generan 80% de la energía consumida en el mundo).
Para ser más precisos, las llamadas energías alternativas renovables o energías alternativas sustentables, serían cualquiera de las no basadas en carbón, petróleo o gas (y hasta cierto punto la energía nuclear de fisión). Estas últimas, llamadas energías tradicionales, son la principal causa no natural de emisiones de gases de efecto invernadero.
ENERGÍAS ALTERNATIVAS E INDEPENDENCIA ENERGÉTICA
Como escribíamos al inicio, las distinciones explicadas influyen en las políticas que nos afectan a todos. En buena medida, es porque las también llamadas energías limpias ofrecen la posibilidad de alcanzar la autonomía energética, a pequeña o hasta a gran escala.
En muchos casos pueden facilitar que un hogar cuente con su sistema de abastecimiento eléctrico propio, aun en lugares remotos. Estos sistemas se denominan “off-grid”, por no estar conectados a las redes tradicionales de distribución de energía eléctrica. En otros, pueden reducir o evitar la importación de hidrocarburos en un país que no posea (o tenga escasos) yacimientos de petróleo o gas propios.
A esto se le conoce como alcanzar la “independencia energética”, e implica la adopción de un modelo de desarrollo económico y social particular, donde las energías limpias tienen un papel central como fuentes de energía autóctonas, que suele incluir la generación de mayor oferta de trabajo calificado.